El otoño e invierno son épocas ideales para el consumo de cítricos. Estas frutas poseen un característico sabor ácido y son ricas en aceites esenciales. Su alto contenido en vitamina C contribuye a una mejor absorción del hierro y especialmente las naranjas y mandarinas contienen ciertos compuestos biológicamente activos (carotenoides, flavonoides) responsables de la disminución del riesgo a diversas enfermedades. Naranjas, pomelos, mandarinas y limones son las principales frutas de otoño-invierno en nuestro país, siendo Argentina el octavo productor mundial de cítricos y el primer productor mundial de limón.
¿Qué beneficios tiene consumir vegetales de estación?
- Contienen vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita en diferentes épocas del año.
- Las frutas y hortalizas están en su momento óptimo de maduración y eso las hace más sabrosas que fuera de estación.
- Se cuida el medioambiente diversificando las cosechas y permitiendo que no se agote la tierra.
- El consumo de productos de estación permite conseguir frutas y hortalizas a mejores precios.
La elaboración de mermeladas caseras es una forma clásica de utilizar frutas de estación, conservarlas por mayor periodo de tiempo y tenerlas disponibles en diferentes épocas del año.
La mermelada es un alimento consumido tanto por niños como por adultos y si bien las más consumidas son las comerciales, podemos elaborarlas de manera artesanal o casera combinando frutas y reduciendo la cantidad de azúcar.
Les proponemos una receta artesanal, fácil de elaborar, rica y rendidora.
MERMELADA DE NARANJA, MANZANA Y LIMÓN
Ingredientes:
- 1 ½ kg naranjas dulces
- 1 kg de manzanas verdes (variedad Granny Smith)
- 2 limones chicos
- 1 ½ kg azúcar
Preparación:
Lavar muy bien las frutas ayudándose con un cepillo si es necesario. Pelar las manzanas, naranjas y limones retirando la parte blanca de los cítricos.
Cortar las frutas en cubos pequeños (preferentemente de 0,5cm x 0,5cm x 0,5cm) tratando de conservar sus jugos. Cuanto más pequeños y parejos sean los cubos la mermelada tendrá una textura uniforme y podrá gelificar.
Colocar las frutas en una olla y agregar apenas un poco de agua si es que las frutas no largaron jugo. La cantidad de agua debe apenas cubrir el fondo de la olla y sólo si las naranjas y limones no largaron jugo.
Comenzar la cocción, manteniendo un hervor suave (con la olla tapada) hasta que la fruta se ablande y comience a cambiar su color. Esto puede llevar aproximadamente unos 15 minutos. Ayudarse con una cuchara de madera.
Agregar el azúcar y elevar la intensidad de la llama para lograr un hervor rápido (con la olla destapada). Lo importante en esta etapa es concentrar el producto lo más rápido posible de manera de conservar buen color y sabor. Se deberá revolver constantemente para evitar que se pegue en el fondo de la olla a medida que se avanza con la cocción.
Seguir con la cocción hasta que la mermelada comience a tomar textura y espesar. El punto final de la cocción puede controlarse colocando una cucharada de mermelada en el fondo de un plato, dejar enfriar y al pasar la yema del dedo en forma vertical por el centro del plato la mermelada deberá dividirse en dos (dejando un surco limpio) sin que vuelvan a unirse las dos porciones.
Retirar del fuego. Envasar la mermelada caliente dejando un espacio libre de 1 centímetro en la parte superior del frasco. Tapar inmediatamente. Los frascos deberán ser de vidrio con tapa metálica de media rosca (frascos típicos de mermeladas).
Dejar enfriar a temperatura ambiente. Guardar en lugar seco y fresco. Una vez abierto el envase se deberá conservar en heladera.
¿Cómo acondicionar los frascos para guardar la mermelada? Es importante que los frascos que se utilicen sean de vidrio y no tengan rajaduras ni estén rotos en su parte superior. Si se utilizan frascos reciclados, es importante asegurarse que anteriormente solo se hayan utilizado para guardar alimentos. Las tapas deben ser metálicas y no deben estar oxidadas ni golpeadas. Los frascos y tapas se lavan con agua caliente y detergente. Se enjuagan bien y se colocan boca abajo sobre un paño o papel limpio. Los frascos y tapas se deben lavar el mismo día que se realiza la elaboración |
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